Las únicas políticas que en la actualidad están dando resultados comprobables, no sólo deteniendo la deforestación, sino expandiendo en calidad y superficie los espacios naturales; no son las que restringen o persiguen a quienes se sirven de sus frutos. Sino las que asocian todos los intereses de la comunidad en un mismo y convergente sentido. El bosque, el monte, los ríos vivos, toda la fauna y flora nativa en su armónico conjunto, fueron, son y serán las fuentes de riqueza y prosperidad en las que debe buscar realización y bienestar un individuo adulto y sano.
Hoy contrastan su negativo resultado la hacienda exótica, las plantaciones forestales, la industrialización del agro y de la pesca. Todas modalidades mezquinamente calculadas desde un principio, o previsiblemente degradantes del medio ambiente. Modelos de ocupación política e intervención económica previstos para fortalecer a los grandes conglomerados metropolitanos propuestos por los muchos imperativos del pensamiento único moderno.
Reasilvestrar el mundo
Un nuevo programa social ha de partir necesariamente de una nueva percepción sobre el valor que representan los sistemas vivos que nos contienen (Rewild). Espacios que han sido estables desde tiempos paleolíticos, donde el hombre y sus comunidades pueden expandirse provechosa y ordenadamente junto a la oferta biológica que cada territorio es capaz de ofrecer a todos sus habitantes naturales. Un adeudado reconocimiento a las culturas nativas y su legado histórico de sabiduría aplicada a cada escenario geográfico del que se trate, cada distrito biológico, cada forma de vida y la sagrada manera de relacionarse con todos ellos sin deteriorar sus armónicos estados de equilibrio.
Así encienden hoy su prédica múltiples movimientos sociales a lo largo de todo nuestro continente. Marchan ahora vigorosamente numerosas comunidades que reconocen con orgullo su origen nativo, sus cosmovisiones, sus territorios. Recrean tradiciones ancestrales y evocan un armónico pasado de libertad al que postulan y añoran ya como a una nueva utopía.
La continuidad del sueño
Más biomasa, diversidad e interacción biológica ordenada, y la percepción colectiva de estar conviviendo en armonía con todas las demás formas de vida, parecen ser los elementos básicos de su sencilla plataforma. Que por sencilla que parezca, definirá el consentimiento previo e informado a todas las iniciativas que en un futuro cercano busquen llamarse "desarrollo" en sus escenarios territoriales.
Regresa el reno al ártico boreal, corre nuevamente el búfalo por la sagrada pradera. Medra el venado en su bosque, retorna el salmón y su oso, el monte y su guazuncho y nosotros con ellos, que somos los mismos que fuimos cuando no hace mucho tiempo sorprendíamos con nuestra libertad al mundo entero.
Más biomasa, diversidad e interacción biológica ordenada, y la percepción colectiva de estar conviviendo en armonía con todas las demás formas de vida, parecen ser los elementos básicos de su sencilla plataforma. Que por sencilla que parezca, definirá el consentimiento previo e informado a todas las iniciativas que en un futuro cercano busquen llamarse "desarrollo" en sus escenarios territoriales.
Regresa el reno al ártico boreal, corre nuevamente el búfalo por la sagrada pradera. Medra el venado en su bosque, retorna el salmón y su oso, el monte y su guazuncho y nosotros con ellos, que somos los mismos que fuimos cuando no hace mucho tiempo sorprendíamos con nuestra libertad al mundo entero.
Arturo Avellaneda
PERMAHABITANTE
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