Vivir en Allen se ha vuelto algo cada vez más parecido a una prueba de supervivencia, sobre todo en las últimas semanas. Las políticas públicas municipales, provinciales y nacionales designaron a esta ciudad como tierra de nadie, la transformaron en un campo de prueba para cada aventura de extracción de gas o petróleo. YSUR-YPF, Mirasal, MUAD (y antes Apache) son las empresas que trabajan aquí y que con macabra bizarría cumplen con el saqueo y con la contaminación.
Unas perforan a 50 metros de un hogar de ancianos, otras preparan dos perforaciones frente a las escuelas en área rural. En las locaciones de los barrios de la Costa Este, se ven seguido las llamas de muchos metros de altura,porque a las empresas les encanta quemar gas de sobra, por medio de venteos nocturnos. En la meseta está de moda acumular barros con residuos tóxicos en piletones, o verter ilegalmente crudo en los cañadones, en ambos casos al aire libre. Como si esto fuera poco, hay empresas que se ocupan de pinchar ductos y dejar a Allen y Fernández Oro sin el agua vital para el ser humano. La última idea fue la de romper un cable de fibra óptica, así que nadie pudo comunicarse por celular ni conectarse a la web.
A esta altura cabe preguntarnos: ¿Cuál será la próxima acción de las petroleras y de sus subsidiarias?
Es cierto que a este ritmo los delitos ambientales podrían incrementarse si no se pone un freno a todo esto. Además de la muy impune amenaza a la seguridad, a la salud pública y también al contexto ambiental, las perforaciones están aniquilando a la fruticultura, que todavía es la fuente de trabajo para la mayoría de la población. Pero también lxs niñxs, que todavía no trabajan, y lxs ancianxs que ya no trabajan más, están amenazadxs. El petróleo no respeta el futuro ni el pasado. Parece estar destinado a la población económicamente activa, los jóvenes adultos que hoy tienen en sus manos el futuro del planeta. Muchos esperan trabajar en el petróleo, pero todos se van a encontrar afectados por esta actividad contaminante y corrupta. El agua para consumo, y para riego, el aire y la tierra se están contaminando.
¿Bajo estas condiciones, cómo haremos para pensar en un futuro armonioso? Las autoridades hasta ahora han decidido que el futuro de Allen tendrá color a petróleo y sin siquiera tener infraestructura, personal suficiente y adecuado para garantizar una seguridad mínima. Nos están exponiendo cada hora más a nuevos peligros mortales, sólo para que las empresas transnacionales se beneficien. ¿Esto vale realmente la pena? Alberto Weretilneck, Pedro Pesatti, Sabina Costa, Dina Migani son cómplices por acción de las corporaciones que defienden... pero también hay muchos otros cómplices por omisión. ¿Quién establece la legitimidad? ¿Quién es el soberano, la máxima autoridad sobre algo? ¿Los políticos de turno? ¿ Las empresas multinacionales? ¿Las petroleras? O un pueblo unido defendiendo el bien común, porque no quiere vivir contaminado.
FRENTE A ESTA SITUACIÓN ¡LOS VECINOS MOVILIZADOS SEREMOS LOS ÚNICOS QUE PODREMOS LOGRAR QUE ESTO SE DETENGA!
VECINO, VECINA, ¡UNITE A LA LUCHA POR LA VIDA !
ASAMBLEA PERMANENTE DEL COMAHUE POR EL AGUA
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