Declaración pública de la Organización de la 1er Marcha de Mujeres Originarias por el Buen Vivir
Desde la constitución de este Estado se construyó un imaginario de país en el que los pueblos originarios no teníamos cabida. Doscientos años han transcurrido desde el nacimiento y los sedimentos racistas, europeístas, emplazados en las bases constitutivas “de la patria“. No han sido removidos por ningún gobierno Dos argentinas parecen disputarse el derecho a existir. Una recoge la mirada y el mandato de la generación de los ‘80, siglo XIX, la cual pretendía la desaparición absoluta de todo vestigio y rasgo que nos vinculase a indoamérica, la fantasía de este sector llevaba a colocar a Argentina como una extensión de Europa en este continente. El exterminio no solo fue físico sino también cultural y la negación absoluta de nuestra existencia. Este modelo de país exterminó a decenas de pueblos originarios de los cuales nunca conoceremos su espiritualidad, danzas, culturas como así también ha arrasado con ecosistemas enteros irrecuperables. Beneficiando siempre al poder económico extranjero quienes son los que definen el destino de este país.
El otro país va emergiendo desde las más profundas raíces de la tierra y se abre paso resquebrajando el sólido cemento europeísta y racista. Va floreciendo alimentado por la memoria, la espiritualidad y el respeto a la vida, esa Argentina entrelaza sus raíces milenarias desde los Pueblos Originarios hacia los hombres y mujeres del mundo que desean originar un nuevo modelo de sociedad, un nuevo modelo de país. Argentinos y argentinas que tienen sus raíces inmigrantes, que no se identifican con el legado de la generación de los ´80, ese modelo de país comienzan a buscar en los pueblos originarios, su identidad, su arte de habitar, caminan decididos a dejar atrás la oscura historia de despojo, saqueo, abusos, y discriminación. Fluye en esos argentinos y argentinas una vertiente fuerte de solidaridad con los pueblos originarios y les urge develar la verdad oculta por la historia oficial.
La historia oficial argentina ha sido construida desde la mentira, intelectuales sicarios han vendido sus mentiras para desligitimar el derecho de nuestros pueblos y eludir la justicia. Desde el poder nada ha cambiado, hoy en pleno siglo XXI los reclamos de los pueblos originarios siguen sin ser oídos. El “malón de la paz” hoy encuentra su analogía en el acampe de las/os hermanas/os de Formosa y la Conquista al desierto se repite cuando al Pueblo Mapuche se lo acusa de incendiarios en la Patagonia y terroristas, como chivo expiatorios para no revelar que detrás de estos incendios intencionales están las empresas mineras y especulación inmobiliaria.
La Argentina que no bajó de los barcos sino de los cerros, las pampas, el desierto, de los lagos viene caminando con voces femeninas con la multiplicidad de colores que conforman este país, ataviada de belleza milenaria.
El 21 de abril de este año un acontecimiento histórico sucederá en la Ciudad de Buenos Aires, será la Primer Marcha de Mujeres Originarias por el Buen Vivir. Y nos toca ser protagonistas en un contexto sumamente adverso, en donde los detentores del poder, valiéndose de todas las herramientas posibles para callar nuestra voz, nos invisibilizan nos niegan, nos persiguen.
A pesar de todas estas adversidades, no detendremos nuestro andar que es el andar de la mapu, de la pacha, de la tierra. Cada una/o de ustedes, al caminar con nosotras estará marchando el 21 de Abril, con las más de 40.000 has de bosques incendiados en Chubut que reclaman justicia, caminarán con cada cerro de Tucumán, Catamarca, San Juan y La Rioja que clama ayuda porque las mineras los están asesinando, será su andar el andar de la selva misionera desmontada por la empresa alto Paraná, es el andar de los mal llamados desiertos llenos de medicina, de animales en Neuquén, Rio Negro y Chubut donde las petroleras norteamericanas como Chevron instalan el fracking. Es también el caminar de los arroyos, ríos y lagos contaminados por mineras, apresados por represas, agotados por la soja, es el caminar de la tierra que clama desesperadamente tu ayuda, tu compromiso, es también nuestros niños pidiéndote que te comprometas para que la desnutrición, las enfermedades y la pobreza no les arranque sus vidas, y es también mi cuerpo y el de miles de mis hermanas pidiéndote que nos ayudes a terminar con el feminicidio, la violaciones, y la violencia no solo machista sino también racista y capitalista, que asesina de manera selectiva a las mujeres que nos oponemos en nuestras comunidades a la invasión mortal de los mega proyectos.
Cuando el discurso del poder cae en el vacío de las palabras, en la negación de la verdad, solo una cosa podemos hacer y es responder con la construcción del Buen Vivir como derecho, desde la memoria, el amor, la verdad, y reciprocidad. Este 21 de Abril empezaremos a cambiar la historia y necesitamos que estés allí junto nosotras.
Caminamos para ser y Somos porque caminamos.
¡Marici weu!
¡Jallalla!
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