El modelo agro alimentario argentino está causando un verdadero estrago sanitario. Es desesperante la pandemia de efectos biológicos provocados por la constante lluvia de agrotóxicos y biocidas de alta potencia sobre nuestro amado suelo.
Es una furia de pauperización que depone nuestra pastura y elimina toda la fauna autóctona asociada a nuestra fértil geografía. Envenena las fuentes de agua y de paso expulsa al poblador rural. Un verdadero ecocidio patrocinado por las multinacionales del sector biotecnológico que gozan de la simpatía de la actual gestión política oficialista.
Un propósito funcional a la deforestación, la apropiación de las tierras públicas y a la reducción de nuestras naciones originarias, del que es cómplice directo nuestra clase privilegiada con la complicidad de la actual dirigencia política.
Es hora de defendernos, de ponernos de pie frente a este avance extractivista que desertifica y agota nuestra fértil pradera, mientras nos devuelve un saldo luctuoso de muerte e invalidez creciente en nuestra población campesina.
Cáncer, malformaciones infantiles, abortos espontáneos y toda clase de enfermedades asociadas afectan a nuestros pueblos rurales, mientras desaparece de nuestra campiña la chance de regenerar nuestra fauna y flora nativa.
Por eso debemos decir basta a este modelo agro alimentario e impedir que sus mentores continúen mintiendo y especulando a costa de nuestra salud y el bienestar de nuestras generaciones futuras.
A formar entonces parte del cambio, convoquemos a nuestros vecinos a asamblea, divulguemos la información que parte de la comunidad médica y establezcamos una estrategia de oposición casa por casa relevando las consecuencias de esta verdadera desgracia que se cierne sobre nuestro futuro.
PONGÁMONOS A LUCHAR
FUERA MONSANTO.
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