En el marco de la Jornada Mundial de Lucha contra Monsanto nos convocamos nuevamente en Buenos Aires el 24 de Mayo frente a las oficinas de la multinacional, en Maipú 1210,Retiro.
Mencionaremos algunas de las razones que nos impulsan a movilizarnos. Esta empresa trasnacional está vinculada a la industria química y bélica. Entre sus productos se encuentran el PCB (refrigerante de los transformadores eléctricos), el DDT, el“agente naranja” (de la guerra de Vietnam) y hoy, lamentablemente nuestros“alimentos”. Monsanto controla el 90% del mercado de semillas transgénicas y también ha adquirido numerosas empresas vinculadas a la producción de semillas hortícolas a nivel mundial, como Seminis y De Ruiter Seeds. Asi, han ido colonizando nuestro suelo y nuestro “sistema alimentario”.
Recordemos aquel 25 de marzo de 1996, cuando el secretario de Agricultura Felipe Solá, llamativamente rápido y luego de 81 días firmó la Resolución 167 que autorizaba la producción y comercialización de la soja transgénica con uso de Glifosato. Esto se hizo basándose en informes en inglés que la misma Monsanto ofreció. La Comisión Nacional de Biotecnología (CONABIA) rápidamente dio el visto bueno.
Hoy, 18 años después, tenemos aproximadamente el 60% de nuestras tierras sembradas con soja transgénica. Este sistema productivo (de monocultivos transgénicos) requiere un uso indiscriminado de Agrotóxicos: aproximadamente 450 millones de litros por año son vertidos al ambiente. Como consecuencia de esto desde diferentes sectores informan la aparición de “super malezas” o de “plagas resistentes” a estos biocidas. Y los promotores del modelo (donde incluimos también a los principales medios de comunicación) han avanzado sin tener en cuenta la divulgación de numerosas investigaciones científicas y denuncias sobre las graves consecuencias que esto ha generado. Entre ellas destacamos por supuesto el gran legado del Doctor Andrés Carrasco y la lucha llevada adelante en el barrio Ituzaingó, de la provincia de Córdoba. (Donde hace mas de 8 meses hay un acampe que resiste con gran dignidadad la instalación de la empresa y las embestida de patotas sindicales y de la policía provincial).
Tenemos muyclaro que no se trata de una sola empresa. Más allá del poder mundial de Monsanto, consideramos que Carghill, Dupont, Bayer o Syngenta forman parte del mismo entramado en el que numerosos funcionarios con discursos antiimperialistas que se dicen representantes de todos los sectores de la sociedad, confluyen y muestran su verdadero rostro.
Respondiendo a un modelo extractivista, desde el Gobierno Nacional nos anuncian que reciben con los brazos abiertos una inversión de Monsanto (norteamericana) para producir semillas transgénicas en el pueblo de Malvinas Argentinas, provincia de Córdoba.Y en este sentido vienen llevando adelante el Plan Estratégico Agroalimentario y Agroindustrial 2020, cuyos principales objetivos son incrementar la superficie sembrada con granos en un 27% (es decir, aumentar la superficie actual de 33 millones de has. a 42 millones de has.), elevar la producción de soja transgénica en un 20% (aumentarla superficie actual de casi 20 millones de has. a más de 22 ó 24 millones dehas.) y elevar la producción de maíz transgénico en un 56% (pasando de 3,7 millones de has. a 5,7 millones de has.) Para esto requerirá inexorablemente incrementar los violentos desalojos de comunidades campesinase indígenas, continuar desmontando y destruyendo ecosistemas; acrecentando así el saqueo de nuestros bienes comunes. (Recordamos que el artículo 41 de la Constitución Nacional dice que tenemos derecho a un ambiente sano en el que las actividades productivas satisfagan las necesidades presentes sin comprometer las de las futuras generaciones, sencillamente el derecho a vivir).
Vinculado a esto último no podemos dejar de mencionar el vínculo directo con la trata de personas y el modelo de ciudades hacinadas, toxicas, consumistas y con rostros que “viven” poco o nada felices. A su vez, enormes cordones depobreza y marginación repletos de desocupados y desocupadas rodean estas ciudades.
Por otra parte,han avanzado sobre los territorios arrinconando la ganadería que hoy queda casi exclusivamente en manos de los sistemas de engorde a corral o “Feedlot”. De esta manera, se modifica la flora y fauna microbiana del aparato digestivo animal que se va transformando de herbívoro a omnívoro. Se aplican enormes cantidades de antibióticos en los hacinaderos de animales que producen pésimos alimentos y grandes pérdidas de materia y energía, además de una gran contaminación.La leche industrializada de los pocos tambos que quedan posee la hormona recombinante bobina (rBST Posilac, prohibida en buena parte del mundo) propiedad de la misma empresa en cuestión.
Mientras nuestros gobiernos ponen el Estado al servicio de las corporaciones,favoreciendo de cualquier forma y a cualquier precio al Agronegocio,continuamos padeciendo las consecuencias de este desarrollo criminal que pretende ocultar el sol con las manos. Así, se burlan nuevamente de la Ley de Bosques Nativos continuando con los desmontes y garantizando que las temperaturas y los desastres climáticos se incrementen, solo para saciar el hambre de las multinacionales.
En la FAUBA, Facultad de Agronomía de Buenos Aires, celebran los acuerdos con China que nos condenan a una dependencia cada vez mayor, y el ministro de Ciencia y Tecnología Lino Barañao en la Universidad del Litoral acuerda con la empresa Bioceres presidida con el ex ministro de Agricultura Victor Trucco y donde participa Gustavo Grobocopatel “el rey de la soja argentina” o como el se define tomándonos por idiotas: el mayor “sintierra”.
En ese mismo camino y con el fin de profundizar este modelo agrario, el Gobierno junto a organizaciones cómplices pretende reformar “la Ley de Semillas”, garantizándole a las semilleras transnacionales la posibilidad de cobrar regalías indefinidas por el uso de la misma, prohibiendo de este modo el uso propio de las semillas para futuras cosechas y el intercambio de las mismas entre agricultores, lo cual generará mayor dependencia para los productores agropecuarios, y se constituirá en un nuevo impedimento para lograr nuestra Soberanía Alimentaria. Esto más allá de los perjuicios económicos muestra como nos están arrebatando de un plumazo cientos de años de cultura en la cual se seleccionaban, cuidaban y compartían nuestras semillas y se protegía la biodiversidad.
A nivel mundial el panorama es diverso. En muchos países se han prohibido los transgénicos, en otros se frenó la modificación de la misma ley que se plantea a escala global,como sucedió en Chile. En Colombia la situación es muy violenta y la avanzada del Agronegocio con la complicidad Estatal ha generado cientos de asesinatos en los pueblos que resisten.
En definitiva,nos preguntamos si la riqueza de nuestros suelos debe ser casi en su totalidad exportada para la alimentación animal, la generación de agrocombustibles y de divisas para poder cumplir con las demandas de las entidades financieras internacionales, que nos ahogan desde hace décadas, exigiendo el pago de una Deuda Externa ilegitima y fraudulenta, o bien debería ser para garantizar la alimentación adecuada de nuestro pueblo y de las futuras generaciones.
Por último, queremos remarcar como prioritaria, estratégicamente, la defensa del suelo, de la Pachamama y del agua (recordemos que el miércoles 21 hubo una Jornada Mundial contra el Fracking y los acuerdos de YPF-Chevron) para garantizar nuestra soberanía política, económica y alimentaria y la de las generaciones venideras. Hoy vemos que la acelerada degradación ecológica, física y química que está sufriendo marca claramente la insustentabilidad de este modelo de producción y pone de manifiesto que no hay forma de continuar por la misma senda si queremos sobrevivir como pueblo.
Este falso desarrollo y el “crecimiento económico” que nos prometen no pueden ser alcanzados a cambio de la degradación irreversible del suelo y tal como dijo el Ing.Agrónomo Roberto Casas “una nación que destruye su suelo se destruye a sí misma, por lo que la conservación de los suelos hace a la soberanía nacional. Esdecir que necesitamos un cambio profundo de los sistemas productivos, que estos se realicen respetando los ciclos biológicos y estén en armonía con lanaturaleza. Recuperar los saberes ancestrales, impulsar la Agroecológia, la agricultura natural, la agricultura regenerativa, la promoción de la biodiversidad y protección del aire, del agua y del suelo.
Adhesiones a: frenemoselextractivismo@gmail.com
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