El agua es un elemento esencial para la vida humana y el aumento de la demanda para el consumo humano y la producción genera importantes fuentes de conflictos en todas partes del mundo. Es por eso que resulta imprescindible garantizar el acceso a toda la población, evitar la contaminación e impedir la mercantilización y privatización del agua. El acceso al agua para fines vitales es un derecho humano y no una mercancía.
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