Legislador acusa a indígenas de ladrones y drogadictos mientras deforesta sus tierras.



En la semana en que se celebra el Día Nacional del Árbol, el legislador alperovichista Alberto José Conte festejó su cumpleaños 60.


Es una mera coincidencia, pero al cacique de la comunidad indígena de Solco Yampa, Rolando Fregenal Yampa, le suena a una mala broma del destino. "Ese hombre está matando la naturaleza", protesta, amargado, el líder de la organización diaguita.

Fregenal Yampa tiene fotos de cedros, cebiles y tipas derrumbados, y una carpeta con una colección de denuncias en la Dirección de Flora y Fauna, en la Defensoría del Pueblo y en la Policía. Sin embargo, no pudo lograr que cese la tala en los montes de Filo Orillero y El Último Potrero de la localidad de Arcadia, al sur de la provincia. "Esta no es una discusión por las tierras. A eso lo resolverán la Justicia, la Nación o quien tenga que ser. Aquí el problema es que están destrozando los pulmones de nuestra Madre Tierra. Y después, cuando vienen las tormentas fuertes, aparecen las inundaciones. Y todo por gente ambiciosa como ese hombre. ¿Para qué quiere más dinero?", dispara el cacique.
Ese hombre -al que alude Fregenal Yampa- es Conte, dueño de las fincas, ex delegado comunal del pueblo y actual integrante del bloque oficialista Tucumán Crece. "Tengo todos los permisos", asegura el alperovichista, que defiende sin dudarlo la tala de árboles. Pero no se quedará allí: además, el legislador sostiene que la comunidad de Solco Yampa subsiste mediante la comisión de diferentes delitos graves, como el narcotráfico y el abigeato. "Yo tengo otro concepto de la vida del ser. Ellos no trabajan. Para que tengan motocicletas o zapatillas Adidas y vivan de la forma en que viven ellos tienen que andar en robos o drogas u otras cosas fuera del contexto público de una persona de bien", afirma Conte, sentado en el bar de un hotel cinco estrellas.

La disputa entre la organización que comanda Fregenal Yampa y el legislador que más veces ha faltado a sesión en el último año no es nueva. Ambos se disputan la posesión del inmueble que, en la actualidad, explota el terrateniente alperovichista. "Las tierras son mías, de mi propiedad. Puedo exhibir la escritura pública; una parte se la compré a la empresa Pucará SA, de Juan Lastra; la otra es una herencia de mi padre, y legítimamente me pertenece como único hijo", asegura Conte. Y afirma que ha denunciado al cacique por amenazas de muerte, hace pocos meses, en la fiscalía penal de Concepción que comanda Edgardo Sánchez.

El legislador argumenta que ha obtenido el permiso para deforestar la zona en 2001, luego de haber comprado las parcelas de Lastra. ¿Qué hizo en los lugares donde antes estaban los robustos cedros y otras variedades típicas de la región? "He puesto citrus; ahí todo es limón. Van 1.200 personas a cosechar en la propiedad mía. Es una parte social que hago. Les doy de comer a 1.200 personas, y pienso que es una obra de bien", sostiene Conte. Y agrega que las autorizaciones para derribar los árboles continúan vigentes, aunque "hoy en día están restringidos" los permisos por la legislación actual. "Que los ambientalistas se queden tranquilos", remarca el alperovichista.

El reclamo de la comunidad de Solco Yampa, esta vez, no apunta a la tenencia de los terrenos. "Varias veces fuimos (a las fincas de Conte) y constatamos el daño que está haciendo este legislador. Ya dejó pelados varios sectores del monte. Estamos hartos de vivir así; ya no queremos ser esclavos de gente como esta, ni ver cómo destrozan la naturaleza para hacer plata. Alguien tiene que frenar lo que está haciendo Conte", exige Fregenal Yampa, que tiene el acompañamiento de otros caciques de la zona.

De hecho, el líder de la organización indígena firmó una denuncia por escrito hace algunas semanas en la Dirección de Flora y Fauna de la Provincia. En ella, le solicita a la repartición que no le devuelva las máquinas que le habrían secuestrado al parlamentario oficialista en julio, dado el riesgo de que "continúe con sus prácticas ilegales". Además, Fregenal Yampa asentó reclamos en la comisaría de Alpachiri y en la Defensoría del Pueblo. "Nosotros no llevamos una mala vida, eso no es cierto. Lo que queremos es que nuestros hijos tengan un lugar en el que crecer. No me sorprende que el legislador ahora diga que hacemos cosas ilegales. ¿Qué más va a decir un hombre como él?", se descarga el cacique.

En la Cámara, esta semana, se presentaron varios proyectos de ley destinados a la forestación. Las diversas iniciativas llevan las firmas de oficialistas y de opositores. Conte, sin embargo, defiende la tala masiva de árboles. "Esta gente no me va a perjudicar. Soy una persona que hace unos días cumplió 60 años y no voy a andar con tonteras o con cosas fuera de la ley. Soy un legislador de la Provincia", asegura el alperovichista.

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