Aburridos de la falta de información sobre alimentos transgénicos en Chile, incluso mantenidos ocultos por los gobiernos recientes, organizaciones ciudadanas y ambientalistas comenzarán a etiquetar los alimentos transgénicos que se venden en los supermercados. Ojo con las marcas Mazola, Kelloggs, Nestlé, Danone, Kraft, McCormick, Nutrasweet, Great Value, Hellman’s, Kikkoman, Kraft, ADES, Bon o Bon, Bagley, Matarazzo, Sadia, Pringles, Lay’s, y Knorr”: todas ellas tienen productos hechos con transgénicos.
Como el gobierno chileno y los parlamentarios siguen negándo nuestro derecho a saber y a elegir qué comemos, decidimos etiquetar los alimentos transgénicos del supermercado Híper Líder (Walmart) de Santiago, ubicado en Avenida Libertador Bernardo O´Higgins 5199, Estación Central.
Los organizadores dicen que “nuestra campaña Yo No Quiero Transgénicos en Chile, es llevada delante de norte a sur del país por organizaciones sociales, de consumidores y ambientales así como por personas conscientes, para promover el debate ciudadano y alertar sobre los riesgos y posibles daños crónicos derivados de comer estos productos, autorizados sin análisis toxicológico alguno.
“Exigimos al presidente Piñera que ponga urgencia al proyecto de ley sobre etiquetado que duerme en el Senado, y conminamos a los parlamentarios a votar favorablemente esta iniciativa a pesar del millonario lobby. Hasta ahora todos los gobiernos han cedido a las presiones y chantaje de las corporaciones transnacionales productoras de semillas transgénicas y de plaguicidas asociados a estos cultivos, como el Roundup (cuyo principio activo es el glifosato, altamente peligroso)”.
LOS TRANSGÉNICOS
Los alimentos transgénicos no son naturales: son alimentos procesados y producidos a partir de una semilla a la cual se le han incorporado en laboratorio genes extraños tales como virus o bacterias y/o genes de una o varias especies animales o vegetales, para producir ciertas características.
Es imposible a simple vista distinguirlos de otros alimentos, si no se etiquetan luego de un análisis de laboratorio. El Ministerio de Salud, no ha regulado, SERNAC y ACHIPIA – reparticiones de gobierno- no informan y tampoco lo hace la industria alimentaria. María Elena Rozas de RAP-Chile explica: “Por ello nos hemos visto obligados a elaborar una guía que actualiza la información disponible sobre estos productos transgénicos importados, fabricados por las marcas Mazola, Kelloggs, Nestlé, Danone, Kraft, McCormick, Nutrasweet, Great Value, Hellman’s, Kikkoman, Kraft, ADES, Bon o Bon, Bagley, Matarazzo, Sadia, Pringles, Lay’s, y Knorr”.
Toda la información con productos que pueden contener transgénicos y residuos de los plaguicidas asociados a ellos; y también la lista de algunas marcas libres de transgénicos, se puede bajar del sitio de Rap Chile.
Entre las marcas que no contienen transgénicos están Ecovida, Afe, Natura, Edensoy, Nutra Bien, miel de Chiloé junto a los productos agroecológicos, biodinámicos y orgánicos producidos en Chile sin transgénicos ni agrotóxicos.
ALERTA A LOS PADRES
Los organizadores de la campaña dicen que quieren “alertar especialmente a las madres, por el efecto de este experimento inconsulto a escala global, con impactos negativos en la salud, el ambiente y la sociedad, en los niños y las futuras generaciones. Las empresas transnacionales fabricantes de transgénicos han hecho ellas mismas las evaluaciones de riesgo, sosteniendo que sus alimentos manipulados genéticamente son iguales (equivalentes) a los no transgénicos. Esa afirmación es un invento sin base científica, para inundar el mercado con maíz, soya, raps (canola o colza) transgénicos sin análisis toxicológico ni etiqueta. Pero no existe ningún estudio de vigilancia de vigilancia epidemiológica y consumo a largo que demuestre que los transgénicos no son dañinos a la salud”.
EL LOBBY TRANSGÉNICO Y TABACALERO
El lobby para impedir el etiquetado es feroz. Las tabacaleras también decían que el cigarrillo era inofensivo. Hoy después de miles de enfermos y muertos por cáncer la advertencia sale en las cajetillas de cigarrillos y nadie discute que fumar es dañino para la salud.
La agrupación Yo no quiero transgénicos dicen que “no hay que esperar 10 años para etiquetar los transgénicos porque ya se han comprobado efectos crónicos y subcrónicos en los órganos y sistemas reproductivos de los animales de laboratorio alimentados con transgénicos por periodos cortos y medianos (90 días de tiempo).
El etiquetado de los alimentos transgénicos es determinante para dar transparencia al uso de esta riesgosa tecnología alimentaria y facilitar la decisión soberana de los consumidores y consumidoras que eligen vivir de manera sana.
Fuente:http://www.elciudadano.cl
Envío de estrellaverde.com
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