De cara a la próxima Cumbre de Río + 20 sobre "desarrollo sustentable", existe preocupación a nivel global por los acuerdos que las potencias mundiales están alcanzando en torno a dos conceptos que serán claves para enmascarar y mantener el actual modelo de producción: "economía verde" y"gobernanza ambiental".
Radio Tierra entrevistó a Consuelo Infante, periodista del Observatorio Latinoamericano de Conflictos Ambientales, quien invitó a todos y todas quienes quieran participar este sábado del Seminario "Ellos en la Cumbre hasta cuando aguantamos" que se realizará en calle Santa Mónica 2243 (metro República o Cumming) desde las 10 de la mañana. "La entrada es liberada y esperamos que la salida sea liberadora", señaló la activista.
Consultada sobre la próxima Cumbre de Río de Janeiro, que se realizará entre los días 20 y 22 de junio, afirmó que es importante, no porque la voz de las comunidades vaya a ser escuchada, sino porque en ella se decidirán los lineamientos del sistema económico global de cara a las deudas ecosociales.
"Son la arquitectura para los próximos 20 años de expoliación y saqueo, de concentración de la propiedad, de mala distribución de la riqueza, de destrucción del medio ambiente, entonces es súper importante poder ingresar ahora donde están diseñando los mapas del imperio que se sobreviene, para poder desarrollar mecanismos de intervención temprana que no traigan las consecuencias desoladoras de la Cumbre de Río '92", explicó.
Infante recordó que en 1992 se celebró la primera Cumbre de la Tierra, en la que "nos metieron el tema del desarrollo sustentable", cuando se esperaba que la variable ambiental fuera considerada como una parte fundamental en la producción y en el desarrollo. 20 años después, sin embargo, los resultado son que se ha profundizado el extractivismo, a la vez que se enfrentan los efectos del cambio climático, la escasez hídrica, y la sequía. A juicio de la comunicadora, hubo la "profundización de un paradigma".
En este sentido expresó que el concepto de "economía verde" va a mercantilizar la biomasa, porque lo que hace es "terminar de ponerle precio a toda la naturaleza, terminar de ponerle precio a la vida, ponerle precio a las células, virus, bacterias, plancton, a las funciones vitales, en la lógica de que aquello que tiene precio 'tiene un incentivo para'. Si no está la moneda de por medio no hay incentivo y por lo tanto nada se mejora", explicó.
En tanto la "gobernanza ambiental" tiene que ver con la conflictividad social y el rechazo que provocan las mega inversiones en las comunidades y en los territorios. "Para hacer un tejido que viabilice las inversiones que se están proyectando acosta de las comunidades, van a tener que desarrollar mecanismos internacionales que permitan organizar y garantizar estabilidad a estos emprendimientos", concluyó.
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